sábado, 11 de abril de 2009

LA LECTURA



Symtio, por tanto, funciona como un expositor que adquiere un espacio para la comercialización de productos digitalizados. Un pequeño paso en un universo de papel que se queda, a mi juicio, a mitad de camino de lo que las tecnologías digitales nos permitirían imaginar. Lo que sí parece meridianamente claro, mientras tanto, es que nuestros hábitos lectores no varían y que "los libros no superan a la adolescencia", es decir, que existe una brecha sociológica insalvable que, una vez abandonada la adolescencia y la lectura por prescripción, convierte a aquellos que no poseían un hábito lector arraigado (por influencia y habituación, sobre todo, familiar) en no lectores definitivos y, en consecuencia, en no compradores. Las nuevas librerías, que irán acogiendo con toda seguridad progresivamente todo lo que las nuevas tecnologías tienen de positivo (escaparates virtuales, bases de datos centralizadas a los repositorios de las editoriales, impresión bajo demanda en el punto de venta, etc., etc.), se encontrarán con la más vieja y contumaz de las resistencias: la de la apatía y la desgana lectora.

Fuente: Weblogs

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